–Amor me tienes nervioso con tus vueltas. Nuestra nena está bien y estoy seguro que tu ahijada también. - estaba tratando de tranquilizar el rey Sarriel a la reina Maya.
–Y que crees que no lo estoy yo o qué- le respondió deteniéndose furiosa–Claro que lo estás, pero no hay motivos para eso...–Eres tonto Sarriel? Estoy segura que algo pasa. No me puedo comunicar con Hanna- volvió a dar vueltas por toda la habitación, la reina no había bajado en más de dos días a la sala del trono, pues estaba teniendo unos sueños espantosos y todos tenían que cerrar con Hanna y Electra.–Sabes que puedo tener premonición y aunque a veces suelen fallar, no siempre es así. Y si esta se cumple?Sarriel se acercó a su mujer y le dio un abrazo para tranquilizarla, luego la llevó a sentarse y arrodillado a ella le habló–Cariño entiendo como te sientes, también es mi hija y confío en tus premoniciones, pero también podría ser lo contrario no?–No, en eso te equivocas. Est