Capítulo 217.
—¿Irás con ella?— bajó su voz con ese sabor amargo en su voz. Sabía lo que tramaba entre sus manos y por ello era consciente de que iría a buscarla, pero a veces se sentía tan estúpida para no querer que eso fuera así.
¿Qué clase de tonta era para querer que no se fuera? Pero también necesitaba que lo hiciera para poder sentir que tomaba el control de su cabeza.
El portugués se acercó a la cama y se le fue encima, apartando las sábanas y dejándola al descubierto, mientras su mano descendía por el abdomen abultado que cada vez aumentaba su tamaño.
Ella era la única que le quedaba de su harem. Haberlas perdido a todas también le quitó sociedades, dominio, el nombre del que se había hecho. Ahora todos pretendían robar lo suyo y estaban entorpeciendo su camino, creyendo que su silencio era sinónimo de rendición. Pero Valente Bohemond jamás se rendía. Solo esperaba. Solo aprendía. Solo preparaba el golpe que haría sangrar a los cimientos.
Su mano se detuvo en el centro del abdomen de la