Lucifer deja de molestarme o decirme verdades a medias, mientras Edward me revisa bajo la atenta mirada de Angelica, quien duda ahora incluso de su propio esposo y sin duda, se está tomando muy personal cualquier cosa relacionada conmigo.
— Se encuentra estable.— Querrás decir bien.— Su corazón no está bien y eso es de conocimiento público, así que, no puedo decir que se encuentra bien cuando cualquier emoción fuerte podría complicar su estado. — dice Edward y su esposa lo observa mal, como si fuera su culpa.Me limito a asentir, agradeciendo a la diosa Luna que aunque ha pasado de todo, no ha sido algo demasiado grave. Edward, suspira profundo mientras limpia el sudor en su frente. El agotamiento es evidente y por eso, me siento culpable.— Lamento ser una carga. — digo con tristeza.— No es tu culpa que estes enferma, es culpa de los malditos de tus fam