Intento volver a esa parte oscura donde me encontraba, porque no quiero que los tres sufran por tenerme en su vida, pero, por mucho que me esfuerzo no es posible. La diosa Luna me hace experimentar las consecuencias de ser caos incluso en la vida de los alfas.

‘Diosa Luna, sé que en el pasado te imploré tener el don de destruir la vida de los alfas que viven conmigo, sembrando miserias y caos, pero me refería a los Krauss y no a ellos. Edward, Angelica e incluso Josh han sido buenos conmigo, así que, no los condenes a quedarse conmigo.’ Me digo mentalmente.

— Hermana… estás aquí. Has vuelto. — dice Angelica con voz quebradiza.

— ¿Cómo…?

— Toma un poco de agua. Has pasado muchos meses inconsciente y seguramente tus cuerdas vocales están secas de tanto descansar. — dice Edward con manos temblorosas.

‘Déjame regresar, diosa Luna. T