Sé que yo inicie la violencia al causarle daño a mi propio hermano y ni siquiera ahora sentir remordimiento por ello, pro, considero que ellos están en otro nivel de maldad de la que ya no quiero ser participe.
Por eso, me giro rumbo a la salida, con el fin de no tener información innecesaria en mis recuerdos, una que sin duda, me destruiría por completo al sufrir tanto por todo lo que realizarán a lobos que no podrán vivir para contarlo.— Debes estar feliz, ¿no es así, maldita perra? — pregunta el bastardo enojada.— Una más. — dice Angelica.— ¿Qué cosa?— A él le meteremos dos escopetas por el culo, una por permitir que Leonard intentará hacerle ese daño y otra por insultar a mi hermana. — dice Angelica y los dos alfas de inmediato, le resuelven la nueva orden, trayendo otra escopeta.‘Sí, es