Capítulo 101
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Me senté en el frío suelo del baño, con las rodillas pegadas al pecho, sintiendo una mezcla de cansancio y miedo que me corroía. Antonio se agachó a mi lado, con la mano aún en mi espalda, masajeándome con movimientos circulares para intentar consolarme. Quería apoyarme en él, dejar que la calidez de su presencia aliviara mi tensión, pero algo dentro de mí se negaba a relajarse.
"Dalma, tenemos que ir al médico", dijo con dulzura, con la voz cargada de preocupación. "Esto no es normal".
Negué con la cabeza, levantándome del suelo y apoyándome en el lavabo. "No", dije en voz baja, mirándome en el espejo. Estaba pálida, con la vista cansada. Apenas me reconocía. "No necesito un médico. Es solo estrés. Ya se me pasará".
Antonio frunció el ceño y entrecerró sus ojos oscuros mientras me observaba. "El estrés no te hace vomitar así. En serio, deberíamos ir. Aunque sea solo para estar tranquila". Abrí el grifo, echándome agua fría en la cara, intentando superar las náuseas