25. PERDÓNAME
Sarah sale del trabajo y nuevamente vuelve a llegar tarde a propósito para no toparse con su vecino.
Antes de bajarse de su auto, se asegura de que el carro de Marcos no esté.
Entra a su casa, camina a la cocina a prepararse café y se topa con el oficial de frente.
—¿Qué haces aquí, Marcos? —le reclama molesta.
—Necesitamos hablar.
—No creo que a Lina le parezca bien que estés aquí.
—¡Me importa una m****a Lina! Quiero que me expliques qué te hice para que me trates así, porque no lo entiendo.
—Debería importarte tu esposa y mucho más ahora.
—¿¡Sarah, qué carajos pasa!?
—Largate de aquí, Marcos. No quieras seguir viéndome la cara de estúpida en mi propia casa —El oficial se acerca a ella y Sarah lo empuja—. ¡Vete! ¡vete con tu esposa que ahora te necesita más que nunca!
Marcos se exaspera, la agarra de los brazos y la aprieta a la pared presionándola con su cuerpo.
—No estoy entendiendo nada y no me voy a ir si no me lo explicas.
—¿Qué necesitas entender? ¿Qué me dijiste