2. ¡OH,OH! —¡Hola, Sarah! —la saluda Delci, la otra instrumentadora quirúrgica del hospital y gran amiga, cuando ésta, llega al trabajo.—Hola, Delci, ¿qué tal el turno de noche?—Terrible, querida, muchos accidentados y mucha sangre.—¡Oh! Debes estar cansadisima, ve a descansar, amiga.—Sí, a eso voy —bosteza la mujer notoriamente agotada.—Saludos a Henry, a Mat y a Sam... —le dice Sarah al despedirse con un abrazo.El turno de Sarah termina más tarde de lo que esperaba, regresa a casa de noche y en la entrada, coincide con su vecino quien la saluda con un asentimiento de cabeza y una sonrisa. Han sido varios los días en los que se cruzan por un instante y pasa lo mismo. Sarah le devolve la sonrisa y ambos entran a sus respectivos hogares.La Instrumentadora calienta la comida que había guardado en el refrigerador y decide ir al patio a respirar aire fresco mientras come y se reposa antes de irse a duchar.—¡Papá, no! ¡Para! —escucha a Simón gritar y se asusta, pero mira detenidame
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