35. ...TIENES QUE CONTARLE A TU PAPÁ...
Simón está en el suelo al pie de la escalera, su brazo en una posición anormal y de su cabeza sale sangre.
—¿¡Qué le hiciste, Lina!?
—¡No le hice nada, se cayó de las escaleras! —exclama nerviosa la mujer.
—¡No lo toques! —le grita Sarah, cuando Lina se acerca y pretende moverlo—. ¡Llama una m*****a ambulancia! ¡Ahora!
Sarah se tira en el suelo, revisando los latidos y la respiración de Simón. El niño se mueve y abre sus ojos.
—¿Sarah?
—Mi amor, aquí estoy. Quédate quieto, por favor —le pide Sarah sollozando.
La ambulancia llega unos minutos después. Inmovilizan el cuello y el brazo de Simón y lo meten dentro. Sarah se monta para ir con él.
—Lina, llama a Marcos y avísale —le pide antes de irse.
°°°
Marcos llega al hospital donde han llevado al niño y entra como loco.
—Sarah, ¿dónde está Simón? ¿Dónde está mi hijo, Sarah? —le pregunta agitado, a penas la ve.
—Marcos, tranquilo. Lo están atendiendo.
—Sarah, dime que mi hijo va a estar bien —los oj