El valle estaba en calma, pero la tensión aún persistía. La primera gran ofensiva de los enemigos antiguos había dejado heridas físicas y profundas cicatrices estratégicas en los portadores. La fortaleza Vorlak se llenó de actividad: los heridos eran atendidos, las defensas reforzadas y los portadores entrenaban sin descanso para perfeccionar habilidades y estrategias.
—Hoy no solo reconstruimos el cuerpo —dijo Ciel mientras supervisaba el entrenamiento—, también reconstruimos nuestra mente y nuestra unidad. La batalla pasada nos enseñó que el eclipse no es solo poder, es inteligencia, memoria y sincronización.
Seraphine, junto a Lysandra, lideraba el entrenamiento avanzado. Los ejercicios incluían manipulación de la energía del eclipse para crear escudos móviles que podían reaccionar automáticamente, ataques sincronizados que anticipaban movimientos enemigos y técnicas para leer patrones energéticos y emocionales.
Fue durante una de esas sesiones que Ciel descubrió algo nuevo: un pod