Los días siguientes en la fortaleza Vorlak fueron intensos. El valle, antes lleno de risas y entrenamiento básico, se transformó en un verdadero campo de pruebas. Ciel, Ian y Jordan guiaban a los portadores en ejercicios que combinaban fuerza, estrategia y control absoluto de la marca del eclipse. Cada entrenamiento estaba diseñado no solo para mejorar habilidades físicas, sino también para desarrollar la mente y la capacidad de anticipación ante enemigos inteligentes.
—Recuerden —les decía Ciel—, no solo se trata de golpear. Se trata de pensar, de predecir, de adaptarse a cualquier situación. Un enemigo que conoce la historia del eclipse es un enemigo que puede manipularnos si perdemos la calma.
Durante una sesión avanzada, Ciel sintió algo nuevo en su interior: un flujo de energía que nunca antes había experimentado. La marca del eclipse brillaba más intensamente, y por un instante, pudo ver fragmentos del pasado del linaje Vorlak, las estrategias de antiguos portadores y secretos q