CAPÍTULO LIII. ANTICIPACIÓN
Anissa
Realmente, me sentía mejor con respecto a la cena. Si bien al principio fue intimidante, luego comencé a estar mucho más confiada de mí misma y no tenía temor alguno de expresar cuáles eran mis pensamientos, sin importar que algunas verdades pudiesen incomodar a ciertos invitados. Pero eran solo eso: Verdades. No había dicho nada que no fuera cierto y ellos lo sabían, pero a algunas personas no les gustaba escuchar qué tan egoísta podía llegar a ser el mundo.
Sin embargo, no por esa razón me iba a quedar callada. Por el contrario, ahora, más que nunca, me esmeraría por cambiar lo que estaba mal.
Y me sentía bastante ansiosa por hablarlo con Gael, pero cuando me despedí del matrimonio que