Por Evangelina
-Hola Ingrid.
Le dije a mi amiga cuando la llamé por teléfono.
Candela estaba en su cuarto y yo estaba en la cocina, disponiendo el almuerzo para mi hija.
-Hola amiga, que voz.
-No te imaginás.
-Decime.
-Anoche se quedó a dormir Edgardo…en mi cama.
Hubo un silencio importante, supongo que mi amiga estaba pensando qué decir y debía estar impactada por la noticia.
-Dijo que no le arrancaba el auto, te juro que lo odio y lo amo a la vez.
-Supongo que él te ama.
-No lo sé, me engañó, estuvo con otra y sabés bien que quiso justificarse…diciendo que me perdonó lo de Candela, aunque anoche y también esta mañana, me pidió perdón.
-Nunca hubiera pensado que después de tantos años, él haría mención a ese tema.
Me sirvo un café, por lo que estaba sosteniendo el celular entre mi oreja y mi hombro.
Vuelvo a tomarlo con mi mano, mientras me siento.
-Yo tampoco lo vi venir, ni ese reproche ni su traición.
-Siempre te adoró.
-Es verdad, al menos yo también creía eso, pero ya ni estoy s