Por Evangelina
Ya sé que es casi perfecto, me enamoró día a día, es un amante apasionado, que me hace vibrar llevándome hasta la locura, me hace sentir mujer, siempre me sentí segura y protegida en sus brazos, salvo que como hombre, tropezó…
Me cambió por otra y eso me lleva al abismo de tanto dolor que siento.
Tenemos que poner distancia entre nosotros y él no está de acuerdo.
No fue suficiente ni mi cuerpo ni mi amor.
-Gracias por permitirme estar con vos.
Dijo mientras se levantaba, pegando la vuelta a la cama y tomándome del brazo para abrazarme.
Tanta intimidad no era conveniente y lo sabíamos los dos.
-Evi…
Me dice al oído.
Quiero dejar todo así, pero él no me suelta y yo lo estoy sintiendo.
Sus manos bajan desde mi cintura agarrando mi cola.
-No, por favor, dejémoslo así.
-No puedo Evi, sos mi luz.
-Necesitamos tiempo.
-No lo necesito.
-Yo sí.
Pero la realidad es que lo extraño tanto que se seca mi boca, se apagan mis ojos y muero lentamente sin él.
Se sentó en la cama, sin sol