— Gracias, Honestamente, tener una relación está en lo más bajo de mi lista de prioridades. Lo siento, pero tengo muchos asuntos con los que lidiar — respondió Belén después de un largo rato.
De inmediato, la mirada resplandeciente de Amílcar se tiñó de decepción. Su alegría enseguida apareció desaparecer. Aun así, en un abrir y cerrar de ojos, recobró la compostura.
— Está bien. Entiendo que esta confesión le debe de haber tomado por sorpresa, ya que la dije sin previo aviso. ¿Podemos seguir siendo amigos? No le diré a nadie que nos conocimos en el exterior. Hoy será el primer día en que nos conocemos. —Amílcar forzó una sonrisa para esconder su pena.
—Mmm, ni siquiera quiero hacer nuevos amigos, pero, aun así, le agradezco la oferta — respondió Belén después de vacilar por un momento.
—¿Qué está planeando? ¿Por qué necesita ocultar su identidad y evitar cualquier romance? ¿Ni siquiera puede hacer nuevos amigos? — preguntó Amílcar con sospecha.
Belén esquivó la mirada con culpa.