La anciana se tambaleó hacia atrás y se habría golpeado la cabeza contra la punta de la mesa si Belén hubiera evitado su caída.
—¡Atrápenlo! — ordenó luego de sujetar a la anciana.
Antes de que él pudiera llegar a la puerta, el guardaespaldas se apresuró a atraparlo.
—Quítame las manos de encima. ¡Suéltame! — el hombre luchó con todas sus fuerzas en vano.
William hizo un gesto con la mano, les indicó a los guardaespaldas que se lo llevaran.
—Ahora que sabe la verdad, ¿aún planea tomar acciones legales contra nosotros? — preguntó Belén.
—Admito que estaba confundida. Pueden hacer lo que quieran con él, no los te tendré, pero ayuden a mi querido hijo. Es un buen muchacho. Solo hizo eso por culpa de su hermano. Se lo suplico, al menos cúrenlo antes de llevarlo a la justicia.
Asintió con la cabeza y se bajó la mascarilla.
— Sé que su segundo hijo es una buena persona, solo cometió un error, Eso es todo. Estoy segura de que estará bien con sus consejos adecuados. La verdad es que l