Belén se frotó los ojos y se acomodó.
—¿Qué hora es? — preguntó.
—Ya casi es la hora de la clase.
¡Levántate rápido! Te desperté antes de ir al baño, por eso supuse que ya te habías levantado. No esperaba que siguieras en la cama, incluso después de ducharme y comprar el desayuno— respondió Victoria con mucha prisa.
—Ahora me levanto. — Belén se apretó la sin antes de salir rápido de la cama para darse una ducha.
Aun así, llegaron tarde a la clase y el timbre ya había sonado. El aula estaba llena, pero Piero ya estaba ahí. Se puso serio al ver a Victoria, pero no dijo nada. Solo le recordó:
—La próxima vez, levántate temprano para que no llegues a clase después de que suene el timbre.
En un instante, Victoria se sonrojó y le contestó sin preocupación antes de apurarse a sentarse.
Violencia arrepintió de haberse quedado dormida, y pensó en decirle a Victoria que a partir de ese momento no la esperara más.
Victoria era diferente, ya que estaba ahí para estudiar. Por lo tanto, B