Adam fue el domingo a la cafetería, externamente Sofía se veía igual que siempre, sonreía a los clientes y trabajaba diligentemente.
La siguió hasta la bodega de insumos, quería conversar con ella.
- ¿Sofía, podemos hablar?- La espalda de la chica se contracturó, no deseaba hablar de lo que habían hecho.
Ese mismo día él le escribió a su celular.
-¿ Por qué te fuiste?-
- Pensé qué te habías ido. Por eso te dejé una nota. Gracias por el analgésico.-
- Te fuiste sin desayunar.-
- No tenía hambre, comí al llegar con su madre.-
- ¿Tu cuerpo, duele mucho?-