2 Juego.

NOHA 

— ¡¿Quieres explicarme dónde está?!  ¡Mira la hora que es! — estoy a punto de morir de puro coraje.

— Tranquilo Noha, ella ya es una mujer, no le pasará nada malo. — me molesta ver su tranquilidad.

— Tommy, la última vez que desapareció, ¡volvió embarazada!

— Repito es una mujer, no una niña, ahora está tomando pastillas. – y ahora veo todo rojo, voy a matar a alguien, pero no sé a quién.

— ¡¿Qué?! ¡¿Desde cuándo? ¿acaso tiene novio?! Dime, ¿es el idiota que le trae las compras? — esto no me puede estar pasando, no puedo perderla, ni a ella ni a los niños.

— ¡¿Pero qué rayos sucede?! Se escuchan tus gritos desde la otra calle. –John entra con su traje hecho a medida y juro que lo golpeare, todo es su culpa.

— ¿Sabes dónde está Emma y los niños? —Trato de mantener la calma

— No, recién llego, ¡que no ves!

— Seguro conseguiste tú propósito. – le escupo cada palabra en su cara de idiota.

— ¿De que estas hablando?

"Emma hay un puesto en la empresa ven a trabajar conmigo así podrás ayudar en casa”. ¡Es lo mismo que decirle, trabaja o vete! – creo que lo mejor es llevarme a Emma y los niños lejos de aquí. Solo nosotros.

— ¡¿Pero qué m****a dices?! ¡Eres un idiota! ¿Acaso es por eso que no me hablas? – listo, lo golpeare, solo una provocación más.

— ¡¿A quién le dices idiota?!

— Basta, ¿qué les sucede a ustedes? ¿Acaso van a golpearse? – Tommy se mete en medio, pero John se lo está buscando y se lo voy a dar, mi puto puño en toda su cara.

— ¿Que sucede aquí? – y allí está mi vida entera, entrando a casa como si nada pasara, siento que puedo respirar una vez más.

— ¡EMMA! — grito de puro alivio.

— Hola papá Noha, papá John, papá Tommy. — mi pequeña princesa entra con una hermosa sonrisa y yo me derrito.

—Hola mi pequeña Valentina, dime ¿dónde estuviste? – le pregunto a mi niña, ya que Emma me está mirando enfadada.

— Mamá nos llevó de paseo a… ¿su hogar? – responde algo confundida.

— ¿Que hogar? Este es su hogar.    —  Le digo mirándola directamente esos ojos que tanto amo.

— Tranquilo tío Noha, fuimos a conocer la historia de los cuatro mosqueteros, y la tía Melisa, nos dio pastel. – mi pequeño Donato me tranquiliza, creo que ellos saben lo que siento por su madre.

— ¿Fuiste al orfanato?  — pregunto incrédulo, ella jamás regreso allí desde que la echaron.

— Bien niños digan buenas noches y a la cama. — sí, definitivamente Emma está enojada conmigo, pero no entiendo por qué.

Observo a la razón de mi desesperación, y claro que ella también me ve y por fin me sonríe, lo que hace que mi corazón lata más deprisa, pero lo mismo hace con John y Tommy, yo para ella no soy más que un buen amigo más. O peor, su hermano, como nos presenta a otros, como por ejemplo al maldito pendejo que le trae las compras, muero de celos cada vez que ella se arregla solo para recibir las compras.

— Bien ahora, los tres vengan, tomen asiento. – esto es grave, mando a dormir a los niños y ahora nos pide sentarnos, Dios, ¿acaso está saliendo con alguien?

— ¿Qué sucede Emma? — pregunto sin poder contenerme, pero ella me ignora.

—Tommy siéntate atrás de John y sujeta sus manos.

— De acuerdo. — Tommy al igual que yo haría cualquier cosa que Emma le pidiera sin importar que, la diferencia yo la veo como mujer y el como una hermana, como si ellos fueran mellizos.

— ¿Y ahora qué vas a intentar Emma?, estoy muy cansado. ¿Podríamos dejar el juego para otro día? — la queja de John me molesta, está bien debo admitir que últimamente estoy más enojado que de costumbre, pero todo tiene un porque y el mío se llama Emma.

— Silencio John, tómalo como el regalo de cumpleaños que me debes. — mi pequeña rubia le dedica una sonrisa.

— ¿Qué haces Emma? — pregunto mientras siento sus manos sobre mi piel.

— Shhh quédate quieto. —¿Porque, me está abrazando desde atrás? Sus pequeños brazos no alcanzan a agarrar los míos y opta por.... enroscar sus abrazos en mi cuello, ¡no por favor!, puedo sentir sus pechos sobre mi espalda, Emma realmente no eres consciente de lo que provocas en mí, ¿cierto? Si pudieras darte cuenta de que yo no te veo como una hermana.

— Ahora, quiero una ronda de sinceridad, y comenzare yo. Me molesta que Tommy no termine su carrera, por cuidar de mis hijos mientras estudió, por lo tanto, decidí que terminaré el último año rindiendo libre, ya saben, me presentaré solo cuando realicen los exámenes.

— ¡Eso no! — protesto de inmediato, su educación es lo más importante, ya la atraso demasiado por los niños.

—Shhh, no es tu turno.

Maldición, ¿cómo no te das cuenta lo que haces? me hablas al oído, no ves que lo único que quiero es llevarte al cuarto. Todos estos años enamorado de ella, y Emma ni siquiera lo nota, soy patético.

— Tommy tu turno.

— Me molesta... na a mí no me molesta nada.

— Piensa Tommy es ahora o nunca. — le advierte mi pequeño koala rubio.

— De acuerdo, me molesta que no hemos salido a divertirnos ni una sola vez una noche entera, digo, somos personas adultas, 25, 23,21, 21, los años pasan y no nos divertimos, solo es estudio para nosotros y trabajo para ustedes. 

— Eso es estúpido, no puedo salir ¡tengo hijos! — y casi me deja sordo del grito que da.

— Tiene razón. – Digo haciendo que Tommy vea lo lógico.

— No. _ por primera vez en mucho tiempo John nos mira con interés y eso no me gusta para nada.

— ¿Que John? —pregunto con toda intención de que se retracte y no porque no escucharlo.

— Dije que no tienes razón Noha.

— ¿Acaso eres estúpido?

— ¡Deja de insultarme por un demonio! —  y por fin el humor del hombre de hielo sale a relucir.

— Y tú deja de tratar que Emma, se valla de casa. _ lo acuso formalmente frente a todos.

— ¿Quién quiere que se valla?, solo le ofrecí trabajo, para que sea más independiente, ella no puede depender de nosotros para todo y el hecho que sea madre soltera ¡no es un impedimento para que salga a divertirse! — Suficiente lo golpeare, él se lo busco. 

— Quédate quieto por favor ¡ay!

Me congelo en mi lugar, es tan liviana que me olvide que ella estaba colgada de mí y cuando me levante de golpe, enrosco sus piernas a mi cintura, y con esa voz tan sexi me dice tal cosa y ese quejido...Dios, ¿por qué me castiga así? Me siento un maldito pervertido, pero es que toda ella me vuelve loco.

— ¿Me escuchas Noha? — pregunta y yo solo asiento con la cabeza, no me atrevo a hablar no sé lo que diría. 

— John, tiene razón, me da vergüenza estar viviendo todos estos años de ti y de él, aparte de la ayuda de Tommy, cargan conmigo y mis hijos y no es justo. — su voz suena tan triste, que muero por abrazarla.

— A mí no me molesta...— comienza a hablar Tommy como el buen amigo que es.

— Tú mismo lo dijiste, no salimos, no nos divertimos, porque todo el dinero del restaurante es para ropa de los niños mis estudios y los de Tommy, y el dinero de John es para el alquiler ropa para nosotros y creo que es hora de concentrarme en ser solo mis hijos y yo, necesito sentirme útil. —Gracias a Dios se baja de mi espalda, porque con todas las estupideces que están diciendo me está costando más mantener el control. 

— Necesito estar a la par con ustedes, no ser una piedra al cuello, que los hunda…— Tommy la interrumpe y lo agradezco, porque ya no soporto que diga tantas tonterías.

— No, no, nada de eso, no eres una piedra, ni una carga, nada de eso, es solo que estás sola con los niños, si tuvieras a alguien...

— Eso...— Interrumpo a Tommy, solo mírame, Emma, date cuenta te amo, estoy aquí, a tu lado, mírame.

— Me molesta que sigas ocultando quien es el padre de los niños. Él tiene la obligación de ayudarte. — John lo suelta de golpe y yo veo el dolor en su rostro, definitivamente mi amigo quiere morir, pero tiene razón.

— ¿Que? ...— Su voz es un susurro, sé que la pregunta o mejor dicho reproche la lastima. Pero creo que es lo que todos nos hemos preguntado estos cinco años, ¿Quién es el padre?

—Yo también necesito saber. No tiene nada que ver con los gastos ni nada, pero... pasaron 5 años desde que... y no has dicho nada. — trato de tranquilizarla, es solo que quiero romper cada hueso de ese maldito, y nada más.

— ¡¿Y eso que va a cambiar?!— Automáticamente se pone a la defensiva, como siempre.

— ¿Te parece normal que Valentina nos llame papá a los tres?, uno bueno, ¿pero a los tres? ¿Y qué Donato nos diga tíos? Él marca distancia y ella no sabe a quién acudir si algo pasa, ¡te escucho llorar por las noches! POR DIOS. Ya no lo soporto, tú quisiste este juego, no yo. —Y como siempre que tiro la bomba, me arrepiento al ver la cara empapada en lágrimas de ella, la cara de desaprobación de John y Tommy que me dispara con la mirada a quemarropa. Lo Jodi todo.

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