Alejandro se puso muy contento y volvió volando a la habitación del hospital.
Al ver al empleado de pie a un costado de él con una expresión algo nerviosa, quedó desconcertado.
—¿No veníamos a hablar del divorcio? ¿Qué está pasando aquí?
Esperanza mantenía una expresión seria y, sin dirigirle la mirada ni por un solo instante, señaló al empleado con un gesto.
—¡Cuenta con exactitud lo que sucedió, sin omitir detalle alguno!
El empleado no tuvo más remedio que confesar toda la verdad.
A medida que Alejandro escuchaba el relato, su rostro se tornaba cada vez más sombrío.
—Eso es imposible, Violeta tiene un corazón noble, ¡jamás lastimaría a otra persona!
Justo cuando terminó de decir estas palabras, regresaron los investigadores que Esperanza había enviado.
—Hemos confirmado que fue Violeta quien pagó para promocionar el hashtag sobre el helicóptero romántico.
Alejandro parecía haber perdido el rumbo por completo, como un alma en pena, y les quitó con violencia los documentos de las man