- Increíble - Dijo al escuchar toda la historia que había causado mi sentido de la justicia- Te escapaste del Palacio y estuviste en una momento de peligro muy grande ¡El mismo día! ¿Quién te dió permiso de salir?
- ¿Acaso debo pedirlo? Estoy en una cárcel?
- Por su puesto que no, pero hasta yo tengo que pedir un permiso a los del concejo monárquico para poder salir a un viaje no oficial. ¡Y aún así llevo un gran séquito conmigo!
- Estaba con alguien!
- Yo solo entiendo que con esta situación pude ver a la heredera al trono siendo amenazada sin pudor alguno. - apreté mis labios.
- ¿Y usted su alteza? ¿Podría explicarme por qué se encontraba en lo más oscuro de un callejón? ¿Fue a visitar a algún amante en el bajo mundo?
- ¿Qué? - dijo incrédulo. - ¡Fuí a visitar a uno de los duques que controlan aquella zona! Después de resivir varias quejas del funcionamiento quise verlo con mis propios ojos. Cuando