Capitulo 5

En la habitación... 

En este preciso momento solo me pregunto que tengo de malo para que no me quiera, que debería de hacer para cambiar y más pensamientos por el estilo. Pero sé que él solo la quiere a ella, no sé qué me pasa ni porque me siento tan atraída hacia él y para colmo ser tan masoquista porque eso es en lo que me estoy convirtiendo. Siento que todo se me de rumba y solo deseó que los hijos de la mujer de negro me encuentren. Cuando me canso de pensar y de desear cosas decido mirar alguna serie en Netflix ya que no puedo hacer nada más y ustedes dirán no habías dicho que no tenías nada para entretenerte y les diré que la mujer que me trae la comida me dijo que la TV salía de abajo de la cama por un botón de un control que estaba en la mesa de luz, cuando le pregunte me miro súper raro para después decirme lo que les dije. 

Cuatro horas después... 

Se abre la puerta y por esta entra un exhausto Alan. Decido poner toda mi atención en la serie y no en el patán que está en la puerta parado, no tiene a otra persona a quien molestar y otra cosa no puede ir a otro lugar no me gusta que este en mi habitación. Cuando ve que ni lo miro se acerca a la cama y se tira en está quedando así boca abajo, pero siento como se acomoda en esta. Dios porque me está pasando esto este hermoso hombre me mira muy fijamente, pero no se lo digan es muy egocéntrico y no puede saber que me vuelve loca. 

Al ver que no le hablaba me empezó a acariciar el brazo con la yema de los dedos, pero decido pegarle un manotazo para que deje de hacer eso, pero él decide seguir con lo que estaba haciendo solo que ahora en mi muslo. 

- Podes dejar de verme - le dije. 

- Se que estas enojada, pero espero a que te acostumbres - me dice y les juro que me dieron ganas de matarlo. 

- ¿Qué es lo que tramas? - le dije ya harta de él. 

- Nada ¿no puedo estar con mi mate? - me dice. 

- Quiero que te vayas - le dije parando la serie para verlo. 

- Si me dejas quedarme te diré lo que somos - me dice y pensándolo bien me sirve el trato. 

- Bien tu ganas - le dije. 

- Bueno nosotros somos hombres lobos, y bueno tú sabes que cada uno tiene una mate - me dice haciendo una pausa para acomodarse y continuar. 

- Ser una mate consiste dependiendo del rango es la responsabilidad de tu compañera y en tu caso deberías reinar a mi lado per... - no lo dejo terminar. 

- Si ya lo sé porque soy una débil humana - le dije. 

- Además de eso tienes que tener un entrenamiento previo el cual no lo tienes - me dice. 

- Por suerte no la tengo - le dije. 

- Como sea para mi sos mi otra mitad quiero que quede claro que los mates harían de todo por estar juntos - me dice y me toca la mejilla. 

- En primer lugar, saca esa mano de ahí y en segundo lugar es una m****a ser mate de alguien - le dije sin pensar.

- No digas eso - me dice con el ceño fruncido. 

- Si los mates son como vos entonces tengo toda la razón del mundo - le dije explotando. 

Sin darme cuenta que él me tomaría del cuello y me pegaría a la pared, una vez que terminar de decir esas últimas palabras. Al verlo tiene los ojos rojos, me escucharon los ojos rojos y en un momento pensé que estaba delirando ya que me falta un poco el aire, pero después de lo que me confeso y de lo que suelo ver no creo que sea del todo mentira. 

- Suéltame - le dije. 

- No vuelvas a decir eso - me dice. 

- ¿Me escuchaste? - me dice. 

- Si - le dije y este en vez de soltarme me beso. 

Entienden que me está besando y yo para colmo no me resisto. No lo negare es muy bueno besando al punto de hacerme ver como una mojigata, al salir de esos pensamientos veo cómo va en dirección a la cama dejándome ahí y bueno, aunque me gustaría hacerlo con él porque esta bueno y quisiera perder mi virginidad con un hombre guapo, no lo haré lo dejare con las ganas. 

Una vez que dejamos de besarnos me separo de él como puedo ya que fue una tarea muy difícil. Tuve que decirle que estaba en plena menstruación y aunque él dijo que no le importaba le dije que no me sentía bien y pues él decidió que por esta me salvaba pero que para la próxima ya no. Les diré que me pone nerviosa lo último que dijo porque no habrá otra vez, solo espero que se vaya. Cuando se levanta de encima mío y de la cama siento un gran alivio porque se va, pero este solo da la vuelta y se acuesta del otro lado dándome la espalda y yo imito su acción. Cuando estoy a punto de dormirme él se da la vuelta y me abrasa, me da un beso en la frente y me dice algo que me da curiosidad si se le puede llamar así. 

- Te pareces mucho a ella, pero a pesar de que eres igual eres diferente a esa bruja - me dice. 

- Te amo, pero no puedo decírtelo porque eso solo te ilusionaría de algo que tal vez nos destruya - continúa diciendo. 

- Pero te diré que, aunque yo no pueda darte tu lugar a mi lado puedo darte algo más importante que eso si solo me dejaras entrar - me dice este. 

- Te depara un futuro con alguien más y eso lo sé, pero sé que puedo cambiar ese futuro - me dice y es lo último que escucho antes de quedar profundamente dormida. 

Alan:

- Te lo prometo - le dije. 

Se que un destino nos depara y a la vez nos separa, pero sabemos que nuestras almas están juntas por algo. Nunca nos libraremos de nuestro destino ni de nosotros mismos, pero a pesar de todo nos seguiremos amando vida tras vida. 

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo