─Verónica, yo no me doy por vencido. Amor, si de algo me arrepiento es de haberte alejado.
─Eres un maldito mentiroso ─quito sus manos de mí, lo empujo y le lanzo una mirada ufana ─, ¿esperar tanto para qué? Si de verdad te importara no me hubieras tumbado de un noveno piso, ese plan de m****a me hizo tanto daño como a ti, pero así mismo me diste fuerzas para salir adelante, para no rendirme porque yo no soy de quedarme estancada, a mí un hombre no es el que me detiene ni me impide ser quien soy.
─Vamos. Saca todo lo que llevas dentro. Maldice mi existencia si quieres ─me desafía.
A sus espaldas veo que Oliver se aproxima, Elena y Michelle igual. De inmediato me limpio las mejillas y les doy la espalda.
─Nos vamos, Elena tiene que descansar y yo también ─lo escucho ─. Verónica.
─Dime ─sonrío al voltearme.
─Qué pases buena noche.
─Igual, Oliver.
Elena también se despide, luego se marchan en un taxi que llega en el momento.
Miro a Ricardo y lo encuentro con la vista perdida en un horizon