Capítulo 92.
Logan.
Definirme como el peor cabrón del universo no me genera el menor interés. Generalmente esas comparaciones las hacen otros, refiriéndose a mí de muchas maneras. Algo que, cuando sucede la primera vez te eleva el ego, a la décima te lo crees y cuando se vuelve algo común, tiende a aburrir.
Pero hay algo que es imposible que llegue a hacerlo. Ser el padre de la única niña que puede hacerme sentir la puta maravilla del mundo con solo mirarme como lo hace.
El efecto de su madre es una adicción que cuando la tienes no la quieres soltar, pero de ella… una simple mirada basta para destrozar y volver a armar en la misma respiración.
No soy hombre de admitir debilidades. No lo hago frente a nadie. Pero cuando esos ojos pequeños se clavan en los míos, no importa cuántas cicatrices lleve en el cuerpo, ni cuántas muertes me rocen los hombros. Me convierto en algo tan maldit0 como humano.
Aihnoa no tiene idea de lo que arranca de mí. No necesita tocarme, no necesita decir nada. Ella me ve