Logan.

En cuanto baja de la camioneta, lo que veo es un rostro desencajado, no de la manera en la que un culpable se muestra ante la posibilidad de ser descubierto.

En ella eso no se vería nunca, pero sí noto como pero sí noto cómo sus ojos, por fin, se despojan de esa capa pulcra con la que suele cubrir sus intenciones. Evelyn baja la mirada solo un segundo al decirle algo a su chófer, dejando la torta de arcoiris que trae con un globo, y al alzarla, no hay más que una mirada filosa, como si en lugar de pupilas tuviera un bisturí.

—Quisiera decir que me sorprende, pero claramente no es así— su mascada le rodea el cuello, sumándole elegancia al atuendo blanco de pantalón y blusa con blazer.

En lugar de una empresaria parece una viuda...blanca.

—¿Vuelves a seguirme, comisionado?— me sostiene la mirada, pero en ella además de la calma aparente hay una emoción nueva. Una que apenas puede contener.

—Desearías que lo hiciera —veo cómo su mandíbula se tensa, y eso me dice