Capítulo 148.
Donovan.
Subo al ascensor, la risa de Sofía y a Kilian escuchándola atentamente es lo último que veo antes de que las puertas se cierren.
Debo cambiar el vendaje de mi abdomen, pero opto por retrasarlo al bajar en la planta 18 del edificio en dónde los pasillos vacíos me dicen que voy en la dirección correcta. Si está vacío es por que ella lo quiere así, cosa que confirmo al verla con un brazo en su espalda y la otra sosteniendo un tablero que compara con los datos que le arroja una pantalla de 70 pulgadas frente a ella.
—Tardaste— dice y sé que se refiere a mí, porque todos voltean, como si desearan corroborar que ella sabe que cuenta con la presencia de alguien más, sin necesidad de ver hacia su espalda.
—Si quieres que me disculpe por no teletransportarme, tendrás que pedírmelo de rodillas, y aún así no lo haría. —Respondo con la misma indiferencia con la que observo la pantalla.
Ella gira apenas su cabeza, con esa sonrisa que no es tal, sino una línea de desprecio camuflado.
—Sie