Ocho historias de suspenso, ciencia-ficción, fantasía, terror que te llevarán de un día cotidiano a un final sorprendente. Uno de los libros de cuentos independiente más descargado, ahora en Buenovela.
Leer másEl mundo tiene de Gobernante al ser más sádico, maldito, cruel, el vampiro más poderoso llamado Drácula, no tiene compasión de nada ni nadie, solo se cumple sus malévolos deseos y nadie puede tan siquiera replicarle nada o lo castigaría de la forma más cruel inventada por Él.
Tuvo un hijo con una Reina de otro sitio lejano, pero murió al dar a luz, pero la vida de Julius el hijo del rey fue tan tenebrosa que fue violado por su propio padre a los 118 años, según Él, era su regalo de cumpleaños personal, lo dejo sangrando sin ocuparse de darle ayuda en sus heridas, rasguños, mordiscos y más, un sirviente de pena lo curo y cuando tuvo oportunidad lo escondió para que no siga sufriendo violaciones, porque Drácula estaba furioso buscándolo, este sirviente ya lo había visto que cuando lo va a buscar a su habitación es para violarlo, según Drácula se parece a su madre y lo desea.
Pero la vida no es grata con nadie, Drácula ya sospechaba y un día mando a un soldado disfrazado del Rey y Él estaba escondido, se dio cuenta de que lo sacaban a su hijo por la puerta falsa y se lo llevaban, los siguió silenciosamente, ya Julius había cumplido 119 años y espero hasta que vio que lo metieron a una habitación escondida con magia de bruja, sonrío para sus adentros, el sirviente al salir no lo vio y se fue.
Drácula era más poderoso que una bruja y se conocía todos los hechizos existentes de todas las brujas, no en vano había vivido más de 2000 años, hizo el hechizo que sabía, abriría la puerta y esta se abrió, entro sigilosamente y escucho la ducha, camino hacia allá y vio a su hijo bañándose, como ya tenía meses que no lo poseía, le gusto lo que vio, tenía un cuerpo de ensueño, el deseo lo volvió loco de excitación.
Puso un hechizo poderoso a la puerta que nadie jamás podría quitarlo. Se desnudó y entro a la ducha, estaba detrás de Julius mirándolo lascivamente sin dejarse ver, se relamía los labios, su hijo termino de bañarse, ya iba a salir y sintió que lo abrazaban, le besaban la espalda, y escucho con horror la voz de su padre.
—¡Mi amor!, aquí has estado escondiéndote de mí, ¡sabiendo que te deseo!
Se asustó y se puso a temblar, sentía el pene erecto de su padre en su parte posterior
—Papá, no lo hagas por favor, soy tu hijo, ¡ya soy un hombre!
Drácula al escucharlo le dio vuelta para mirarlo frente a frente, Julius miro la faz recia e imponente de su padre, le tenía terror.
—Con que ya eres un hombre, jajajaja, ¡tú eres mío!, siempre lo has sido
Dijo estas palabras arrinconándolo contra la pared y agarrándole el pene, empezando a sobárselo y mirándolo que trataba de no excitarse y se reía de los intentos de su hijo de aguantarse.
—Jajajaja, no te reprimas, solo de aquí, ¡eres virgen! jajajaja
Y lo masturbaba más rápido hasta que lo escucho gemir de placer, pero tenía lágrimas en sus ojos.
—Por qué lloras si deberías estar feliz, tuviste tu primer orgasmo, ¡te gusto ah!, jajaja.—dijo Drácula
Julius miraba sollozante a su padre diciéndole
—Papá, ¡no me lastimes!, por favor, por favor soy tu hijo, ¡¿acaso no me amas?!
Drácula lo miro sonriente y dijo
—Claro que te amo, hijo mío, te amo tanto, ¡que te deseo!, quiero sentir tu cuerpo temblando de placer, así como ahora estás temblando
Y lo forzó a que abra la boca para besarlo, se aprovechaba porque era mucho más alto y fuerte que su hijo, lo sometía en un santiamén.
—¡Qué rica lengua! Y tu boca sabe delicioso, así como tu madre, ¡era exquisitamente dulce!
Julius quiso golpearlo para zafarse de su padre y lo que recibió fue una gran risotada de Drácula
—jajajaja, ¿acaso crees que vas a ganarme? jajajaja, ¡ven acá tú eres mío!, solo mío
Y lo beso en los pezones, le hizo el hechizo de inmovilidad y el pobre Julius estaba paralizado, quería moverse, no podía y veía a su padre acariciarlo con sus manos y besándole, lamiéndole y después chupándole sus pezones con una furia tal que le dolía.
Drácula siguió acariciándolo y besándolo hasta llegar a la cadera de su hijo, le paso la lengua de lado a lado, y miraba la cara de Julius que no podía contenerse el placer que sentía y eso a Drácula le fascinaba, lo volvía loco de deseo, fue tan desgraciado que bajo hasta el pene y empezó de nuevo con su mano a masturbarlo, pero ahora el muy maldito le empezó a lamer los testículos y se los chupaba hasta que Julius no soporto más y se regó en las manos y cara de su padre que se irguió y se puso frente a su hijo lamiéndose su semen sonriéndole.
—Mmmmm, ¡qué rico!, sabe igual que tu madre, esto heredaste de tu hermosa madre
El pobre de Julius estaba aterrado porque sabía que ya llegaba el momento en que lo poseería y era el acto más doloroso, era casi insoportable ese dolor y a su padre jamás le importo verlo sufrir.
Drácula se lavó su cuerpo también, le saco el hechizo de inmovilidad a Julius, hizo un ademán mágico y quedaron secos los dos, lo abrazo y lo cargo a la cama riéndose y un Julius temblando de terror.
—A ver, acuéstate aquí, ¡déjame ver tu hermoso cuerpo!, tan blanco, piel suave, ¡hueles a tu madre!, ese aroma que amo
Julius sollozaba asustado, cuando su padre se subió encima de Él, y lo aplasto con el peso de su cuerpo, su padre era enorme a relación de Él y empezó a besarlo en la boca metiéndole la lengua, jugueteando en su boca, escuchaba a su padre que gemía mientras su lengua recorría su boca.
Del susto empezó a empujarlo para sacárselo de encima, esos intentos hacían reír a su padre
—Jajajaja, eres tan débil que no puedes ni siquiera moverme un centímetro, jajaja.—dijo su padre
Le agarro las manos, se las puso encima de su cabeza, mirándolo fijamente y sonriéndole
Julius empezó a gritarle
—Papáaaa, noooo, ¡déjame!, ¡no me hagas daño!, soy tu hijooo, papáaaa
—Yo solo quiero escucharte, pedirme que te dé más, ¡eso quiero escucharte! Que me lo pidas con deseo, así como lo hacía tu madre, ¡gritaba de placer cuando hacíamos el amor!
—Yo no soy mi madre, no lo soy… ¡Porque no puedes verlo!—decía Julius
—¡Cállate, cállate!, eres mío, mío y te voy a disfrutar mi vida, ¡te deseo tanto!
Otra vez le hizo el hechizo y lo dejo inmóvil con sus brazos hacia donde estaba su cabeza, dejándole su cuerpo sin ningún obstáculo, y Drácula empezó a besarle el cuello, lo mordió para succionarle su sangre y gemía de placer al tomársela, dejo de hacerlo y le lamió la herida para cerrársela.
Le empezó a chupar los pezones y Julius se arqueaba de todas maneras, le dolían, pero sentía placer también, las manos de su padre recorrían su pecho, su cintura, sus caderas gimiendo de placer.
—¡Qué rico!, suavecito, ¡qué piel tan deliciosa!, carajo
Le hizo algunos chupones en el pecho, le besaba las piernas y se metió el pene de su hijo en la boca y empezó a chupárselo haciendo llegar al éxtasis a Julius que grito del tremendo orgasmo que sintió y se quedó jadeando y Drácula sonreía de verlo así.
Entonces le quito el hechizo y lo agarro dándole la vuelta y empezó a gritar Julius de terror porque sabía que ya su padre lo iba a hacer sufrir ese dolor tan intenso.
—¡Noooo!, papá, noooo eso, ¡duele horrible!, nooo ¡no me lastimes!
Se acercó al oído de su hijo diciéndole
—¡No te va a doler! Vas a gozar conmigo, voy a inyectarte mi veneno para que no te duela, quiero verte gozar, no llorar, jajajaja
Y estaba cerca de la nuca de Julius y lo mordió, le inyecto su veneno y Julius sintió que le ardía horrible el veneno de Drácula. Sintió las manos de su padre sobándole sus nalgas, besándoselas, sintió que le metió la lengua en el ano mientras con las manos le acariciaba las piernas, las nalgas, entonces lo sintió que se le montó encima y tembló de miedo.
—¡No tengas miedo amor!, no te va a doler, vas a sentir placer, ¡ya lo verás!—dijo su padre
Y le lamió el lóbulo de la oreja, le lamió la nuca, sintió que el pene de su padre estaba en su entrada y de repente lo mordió en la nuca y lo penetro de una estocada, pero se sorprendió que no le dolió como muchas otras veces le dolía.
—¡Te diste cuenta?!, mmmm, qué rico estás tan apretado, tan frágil, ¡¿te gusta lo que sientes?!—dijo Drácula
Julius no decía nada, no le dolía, pero no le gustaba lo que su padre hacía con Él. Lo sentía grande, muy grande, Drácula era asediado por vampiras porque como amante era increíble y su pene era enorme, lo penetraba como bestia, lo sentía apretado y como tenía meses que no lo había poseído, no duro mucho y rugió de un orgasmo, pero siguió penetrándolo y le decía en el oído.
—¡Te gusta?!, dime que te gusta, ¡dímelo amor!—decía su padre
Julius no quería decirle eso, no, eso ya era demasiado
—¡Dímelo amor! O ¡te muerdo la nuca!, te saco mi veneno y te va a volver a doler
Julius no quería eso y tuvo que decir muy a su pesar
—¡Me gusta!, sí, me gusta
—¡Asiii! Eso quería escucharte, decírmelo, Asiii, ¡me encanta poseerte! Eres tan rico, ¡apretadito!
Entonces lo puso en 4 y seguía penetrándolo, pero ahora con una mano le cogió el pene de Julius y empezó a masturbarlo, Julius jamás había sentido placer, pero ahora que lo penetraba duro y lo masturbaba sintió placer y se derramó en la mano de su padre y Él Rey tuvo un orgasmo que rugió fuerte.
—¡Que ricoooo!, eres ricoooo Julius, por eso es que te deseo, ¡mmm qué rico poseerte.!
Salió de su hijo y se acostó y lo jalo para que se acueste a su lado, Julius de todas maneras sollozaba, pero Drácula lo abrazo e hizo que se acostara en su pecho y se durmieron los dos.
“Y ASÍ COMIENZA LA HISTORIA, CONOCIENDO AL MALDITO DRÁCULA, UN SER SIN SENTIMIENTOS DE NINGUNA CLASE”
A mis amigos: Héctor, Alvaro y Ángel.En especia a: Luis Eduardo Vazquez Cuellar.He sido siempre una persona introvertida. No conocí la verdadera lealtad de la amistad hasta que llegaron los primeros indicios de la pubertad y los términos de la adolescencia. Durante todo ese tiempo había sido siempre una persona absolutamente normal, común y corriente, sin nada extraordinario que contar. Tenía a mis amigos, una familia y decenas de proyectos de vida y como todo mundo, mis intereses ocultos. Sin embargo, cargaba con pequeñas variantes en mi comportamiento que me hacían un poco menos normal igual a los demás; por poner un ejemplo diré que no me avergonzaba el carecer de novia ni de haber besado todavía a una mujer por carácter de valor para dirigirme a ellas, o a la falta de algún interés específico que pudiera compartir. No necesitaba de narcóticos, hierbas o alcohol para disfrutar de la música y la gente que se congrega en el baile y las luces de los centros nocturn
La familia Duran venía de una genial linea de artistas, entre su linaje se encontraban: músicos, escritores, poetas, escultores, alfareros, bailarines, artesanos, etcétera. Leonardo Duran trabajaba haciendo vitrales, paisajes, retratos, escenas en vidrio. Su más esplendorosa creación se dio en las paredes completas que representaban la crucifixión de Jesús, totalmente formada por mosaicos con centenares de vidrios de todos los colores en los muros y techo de una iglesia en la provincia española. Justo en el momento de finalizar la trabajo, cuando la mostraba al público, subió al andamio para hablar de su obra maestra y accidentalmente golpeó con un balde uno de los vitales que cayó juntó con él artista, dejándolo incrustado del material de su creación en un lago de sangre y luces de colores que reflejaban los vidrios.Su nieto fue músico. Sebastián Duran compuso decenas de melodías fantásticas, pero nunca tuvo éxito sobresaliente; sus creaciones se limitaron a la pequeña comunida
En el número quince de la calle de Fresnos vivía un anciano de egoístas y malvados sentimientos; un viejo catrín que gozaba de la buena vida y los placeres que el dinero podía otorgarle. Este hombre acomedido vivió en el escrupuloso arte de la seducción al cuerpo y corazón de las mujeres, a quienes atraía con la exquisitez de sus mentiras y corrientes detalles que las hacían caer rendidas a sus pies.Más de una perdió la vida tratando de olvidar los sueños que don Carlos le sembró en algún cabaret del centro de la capital; alegres ilusiones que les susurraba al oído en los contoneos del mambo, danzon o en la intimidad pública de los pasos cercanos del bolero romántico en las noches de copas libertinas. Todo auspiciado por la herencia obtenida en la temprana juventud. Don Carlos jamás experimentó la recompensa del esfuerzo en toda su existencia.La vida del anciano se regía por los lujos y los excesos, sin embargo las enfermedades de los años y las consecuencias de sus vi
A mi tía Silvia “Chivis” que me contó su sueño.A la memoria de mi tio José Miguel Castillo.La noche en que fallecí no fue de aquellas noches en las que ocurren cosas extraordinarias ni de gran interés para el resto de las personas que seguramente dormían en sus hogares. Recuerdo que regresé a casa a la hora de costumbre, justo al marcar las delgadas manecilla las ocho en punto de la noche y el descanso prometido llegaba a mis fatigados ojos.Entré a casa sin ninguna nueva por contar, saludé a mi hija y a mi negro, que siempre me reciben con ternura tras la larga jornada de trabajo frente al computador, sufriendo el incómodo espacio que aloja a mis piernas bajo el escritorio. Me fui a dormir, a darle paso al deseado sueño sobre la suavidad de mi almohada, arropada por los cálidos brazos de mi esposo.Fallecí… y sin embargo no existían túneles de luz, ni ríos de almas que conducen al perro d
Una noche antes de que los hermanos López salieran a jugar en el bosque, el locutor de la radio había pronosticado tormenta eléctrica acompañada de lluvia de estrellas.Los padres de Jesús y Pancho, dos niños bastante tranquilos de nueve y siete años, les habían prohibido jugar en el patio de la casa ya que las gotas de lluvia comenzaban a caer con fuerte abundancia, invadieron en cielo con cortinas de suicida picada, y dejándose estrellar en el piso cubrieron el pavimento de caudales que bajaban armoniosos por las curvas calles del cerro. Fuertes eran los rayos que iluminaban con destellos azules el grisáceo cielo nuboso. ¡Crack! Destrozaban el cielo los truenos que siguen lentos al relámpago.Por desgracia para los observadores del cielo, habían caído del infinito millares y millares de pequeñas estrellas fugaces que por la densidad de las nubes se ocultaron entre la tormenta, apreciándose ocasionalmente alguna extraviada que mostró su belleza antes de desaparecer.
El pueblo en el que Don Andrés vivía no existía en los mapa de México porque a nadie le había interesado ponerlo en ellos. A sus habitantes poco les importaba lo que ocurría en el “México exterior”. No contaba con servicios de comunicación o carretera alguna que los conectara con los poblados cercanos. Sólo cuando los niños subían al monte podían ver algunas luces moviéndose allá a lo lejos… muy lejos.Al igual que el resto del pueblo, don Andrés se alzaba el orgullo y el ego contando historias de fantástico interés propio, pero de poco valor entre las personas que rara vez le prestaban un poco de atención, además de haber abandonado hace mucho la juventud con la que tuvieran un poco de veracidad sus fantasías amorosas con las muchachas más distinguidas del pueblo; pues el hombre rebasaba los sesenta y cinco años y sufría, a sabiendas de todos, de una impotencia casi incurable.Un buen día don Andrés llegó a La Cantina del Rancho Alegre a convivir con sus compañeros
Último capítulo