Aura
Salgo a caminar para despejar mi mente de toda la información que acabo de recibir por parte de Iktan.
¿Estaba espiandome? Es una locura. ¿Ahora quiere que formalicemos? Es decir, esa parte me gusta pero todo eso de que estaba siguiendo mis pasos por semanas es algo aterrador.
—¿Tienes problemas para dormir? –cuestiona una voz femenina que logra ponerme los pelos de punta.
La madre de Iktan se pasea con gracia por el lugar, tal como una felina aunque esté mal la comparación, pero ella es toda elegancia y porte.
—No, solo me gusta este lugar. El aire es tan fresco y huele a limpio. Podría acostumbrarme a estar aquí toda la vida.
—Ojalá Iktan tuviera esas mismas ganas. Odia estar aquí, la ciudad se ha convertido en su mejor lugar.
—Tal vez ahora que Luka está aquí sea diferente.
—Iktan me dijo que tú salvaste a Luka. ¿Por qué arriesgaste tu vida por él?
—Voy a ser honesta con usted, fui a salvarlo porque creí que era Iktan el que estaba en riesgo. Cuando ví que se trataba