Iktan
Mi corazón galopa dentro de mi pecho.
Decir que estoy muy emocionado y a punto del llanto sería decir poco, no pueden culparme, soy demasiado sentimental.
Aura acaba de decir lo único que yo necesitaba escuchar para poder tomar la decisión de ir al siguiente paso.
No veo porque esperar más tiempo si ella me ha aceptado como soy, la marqué por error y consumamos nuestra unión en un sueño. Ahora solo debo hacer las cosas bien e ir a ver a la abuela para contarle mi plan.
—¿Te gustaría conocer a la manada?
—¿Prometes que nadie va a odiarme en este lugar?
—¿Te asusta más que te odien a qué te coman?
—Sé que seguramente tú no dejarías que nadie me comiera.
—Solo yo. –bromeo y la veo sonreír pero sus mejillas se pone rojas.
—Que tonto eres Iktan.
—Vamos a qué conozcas a todos en la reserva.
—De acuerdo.
Tomado de la mano de la mujer más maravillosa del mundo, camino por el impresionante lugar que me vio crecer.
Los niños corren por la playa jugando tal y como yo lo hacía