Aura
De camino a casa, ni él ni yo volvimos a tocar el tema de la transformación, las heridas o cualquier otro suceso ocurrido en la habitación de aquel hotel en el que, claramente, tuve una mezcla de sentimientos encontrados.
No fui, ni creo ser capaz jamás de confesarle que sentí miedo, pero también algo más. Algo que me da miedo admitir porque no sé que tan malo o bueno sea.
Cuando Edahi se mostró ante mi, lo primero que sentí fue asombro pues todo sucedió tan rápido que apenas si podía creerlo. Pero con Iktan todo fue diferente, si no estaba loca ahora terminaré así.
Por lo menos supe algo más de Iktan y nuestra convivencia se siente menos incómoda o extraña. Sé perfectamente quien es, de dónde viene y yo lo acepto tal y como él es.
—Estas muy callada. –interrumpe el silencio y yo me giro para verlo.
—No, o sea si estoy callada pero...estaba pensando nada más.
—¿No irás a dejarme, o si?
—No Iktan, ya te dije que no te dejaré por todas las razones que ya te dije creo que cuatr