Ameline se sintió mucho más tranquila después de la ducha fría, pero aun así no pudo dejar de pensar en lo que acababa de hacer con Seth… y en lo mucho que quería repetirlo.
Había pasado tanto desde la primera vez… cuando le quitó la virginidad, aunque al principio dolió, él la compensó por todo ese dolor con tanto, tanto placer… aún soñaba con esa noche a menudo, incluso aunque su odio por él no dejaba de crecer.
“Soy increíblemente estúpida, este hombre me mantiene prisionera, secuestró a mis amigos, y cree que soy una estafadora mentirosa profesional que oculta su estúpido tesoro más preciado aún arriesgando su propia vida… Me maltrató, me encerró, mi bebé podría estar en riesgo por su culpa… No puedo olvidar eso”.
Y sin embargo, el solo pensar en él hacía que su cuerpo ardiera.
En verdad la dejó muy frustrada y necesitada que los hubieran interrumpido, maldición… pero tenía que resistirse, no podía ceder ante él, no podía caer en su juego retorcido.
Salieron ambos de las duc