Pagar con sangre
Rubén
Miraba la pantalla de mi móvil y me debatía en si debía marcar o no su número nuevamente. La primera vez no había contestado, pero sabía que la mucha insistencia daba sus frutos y podía pasarme todo el día llamándola, aunque tenía un presentimiento extraño, que se confirmó cuando marque su número una vez más y la contestadora dijo que aquel número no existía.
— ¿Qué demonios está pasando? —dije mirando la pantalla de mi teléfono y Jotrov entro en aquel momento al despacho con algo en la mano.
—No debería, pero de todas formas ibas a enterarte —me entrego el ejemplar de The Russian Intertational, era la revista más comprada en toda Rusia por su amplio contenido y chismes de gente famosa.
— &iques