Era una temporada muy calurosa, en donde el abrazante calor invadía hasta el más remoto lugar, que penetraba sañudamente por todas las viviendas y todos los establecimientos; pese a esto, en ocasiones ella sentía frío. Mucho, demasiado frio calando sus huesos, corrientes pertinaces de frío perforaban su cuerpo como un cuchillo enorme que tenía el único propósito de asesinarla, ella a veces temblaba mucho a causa del gélido céfiro.
Temblaba como si supiera que traería el futuro. Como si el futuro se estuviese reproduciendo a modo de una película en su mente y su cuerpo respondía a las imágenes que veía.
Como si supiera aquello.
¿Quién podría imaginar algo como aquello?
¿Quién?
Nadie, a pesar de todo... Nadie nunca imaginaría algo así.
Sería inesperado y la vez, totalmente