- Vaya, ¡qué magnífico! -- Me dejé llevar.
El helicóptero está al otro lado. - Me ofreció su brazo, que acepté, enganchando el mío sin pestañear. - Podemos ir andando, si no te importa. Su asesor y el guardia de seguridad pueden subir a la limusina y el conductor los llevará al barco que espera en el muelle. Desde allí los llevarán al castillo.
- No hay problema -respondí, dándome la vuelta para emprender el viaje.
- No -oí la voz de Max y me detuve, mirando hacia atrás-. - Acompañaré a Su Alteza en el mismo transporte que ella utiliza.
Miré a Max, que seguía severo. ¿Podría tratarse de una escena de celos?
- ¿No? - Lucca miró a Max y luego a mí. - Él... ¿Dijo "no" a una orden de Su Alteza?
- Su Alteza no me dio una orden, sólo estuvo de