Antonella giró sobre sus talones con la intención de huir de allí lo más rápido posible, pero al darse cuenta de lo que estaba a punto de hacer, Benjamín la sujetó del brazo y se lo impidió.

— Dijo que era una reunión de negocios — dijo ella, apretando los dientes, completamente irritada con él.

— No mentí — susurró él, sonriendo mientras miraba alrededor al notar que la actitud de Antonella llamaba la atención—. Deberías saber que Enrico forma parte de mis negocios. Mi empresa financia la suya.

Era evidente que la financiaría. Enrico era capaz de vender su propia alma para conseguir lo que quería. Para él, solo el dinero era importante.

— Deberías haberme avisado que él estaría aquí — dijo ella, sacudiendo el brazo para que él la soltara—. Tengo la