Capitulo 126

Benjamín sujetó a Antonela y, protegiéndola con su propio cuerpo, ignoró las palabras de su madre y rompió la multitud. Los metió en el coche y salió a toda velocidad. Su sangre hervía en sus venas. Había descubierto que Carlota podía ser cruel, pero no imaginó que superaría todos los límites.

El camino fue silencioso, aunque los dos tenían mucho de qué hablar. Benjamín se carcomía por dentro con las actitudes de Carlota. Sentía que jamás conseguiría perdonarla por aquello. Adam descansaba en el asiento trasero y ellos no querían involucrar al niño en sus preocupaciones.

Cuando estacionaron el coche, Fred y el abogado ya estaban en el lugar. Carmelia y Dominique corrieron hacia ellos y apenas pudieron creer cuando vieron a Adam con ellos.

— ¿Así que es verdad lo que dicen los noticiarios? —susurró Dominique cuando vio a Carmelia llevar a Adam adentro—. ¿Cómo fue a parar Adam a la ciudad?

— Nadie sabe decirlo —Benjamín se acercó y se quedó parado al lado de Antonela, que permanecía cal
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