—Dime que tuvieron sexo caliente todo ese tiempo —preguntó Claire con una sonrisa maliciosa mientras se paseaba por la sala mirando todo como si buscara algún indicio. Vino a mi apartamento cuando le escribí que ya Jacob se había ido. Sus heridas ya habían comenzado a sanar y la inflamación en su cara era menor.
—No —giré los ojos.
—¿En serio? ¿Nada de nada? —Me miró con asombro y se dejó caer en el sillón—. Mierda. ¿Fue culpa mía?, ¿enfrié las cosas para ustedes cuando aparecí?
Me senté en el sofá, frente a ella, donde Jacob se había quedado dormido. Su olor quedó impregnado en la tela y sentí electricidad entre mis piernas.
Tan fácil, tan necesitada…
—No. Bueno, puede que sí, pero evitaste que hiciera algo que aú