Mundo ficciónIniciar sesiónJulián.
—¿Entonces quiere que volvamos a intentar quitarnos de en medio al fuereño? —asiento.—Quiero que lo hagan cuanto antes, y esta vez no quiero errores, Juan.—Está bien, señor, pero...—¿Pero?—Los muchachos y yo andamos necesitados de dinero, y usted apenas nos ha dado parte de lo que acordamos.Doy una calada a mi cigarro.—Ya lo imaginaba —digo, sacando un sobre de mi bolsillo; se lo entrego—. Ahí tienes, y será mejor que cumplan su parte. Quiero a ese bastardo muerto. En cuanto lo esté, recibirás todo el dinero que quieras.—Así sí nos entendemos —se pone a contar el dinero—. Los muchachos estarán contentos con esto. Le aseguro que esta vez no fallaremos.—Bien, ya puedes irte. Quiero que me mantengas al tanto de todo.Asiente y se retira.Con lo que está pasando ahora, ya no puedo arriesgarme a que el bastardo decida quedarse definitivamente en el pueblo.El que se haya hecho noviecito de la hija de los Walke






