Dorian...Soy un idiota, eso no tenia ni que dudarlo, pude sentir la mirada de Anais sobre mi en cuanto Luci hablo de que extrañaba que yo la acostara por las noches, no era difícil entender que la veía todas las noches y eso solo podía pasar si ella vivía conmigo, y si, si es así. Hace años cuando viaje a Francia, si lo hice junto a Mónica ya que su padre la enviaría a terminar sus estudios aquí, entonces la envío conmigo, desde entonces nos hicimos un poco más cercanos pero meses después cuando ella salió embarazada su padre la dejó sin nada ya que ella no supo hablar del padre de la bebé que esperaba, el le quito su ayuda y todo, lo cual me pareció extraño ya que el no parecía una mala persona. Mónica vino llorando a mi, así que le ofrecí quedarse en mi departamento, Mónica se esforzó por terminar su universidad a pesar de que su hija era muy pequeña, cuando mi abuelo me dio el capital para fundar mi empresa ella estuvo ahí ayudándome, fue mi primera empleada y hasta ahora ha si
Xavier Me despedí de mi padre y me dirigí a la habitación de mi madre, al entrar ella me sonrió, sintiéndome nervioso me acerque a ella, me entregó lo que Rocio debía de tomar, le sonreí tratando de transmitirle una tranquilidad que ni yo sentía.—Será lo mejor, ya lo veras nunca—fueron las últimas palabras que me dijo antes que de saliera de la habitación. Salí de la casa y subí a mi auto, guarde muy bien lo que mi madre me entregó le envié un mensaje a Rocio diciendo que llegaría por ella en unos minutos, mis manos temblaron al tomar el volante y encender el auto. Vamos Xavier, no eres un cobarde, no debes serlo, será solo una vez, será lo mejor para el o ella. El o ella… la curiosidad me embargo, un extraño sentimiento se alojo en mi pecho, mi corazón palpito de manera extraña, parecía tener una arritmia, respire tratando de relajarme. Me concentré en lo que debía hacer. …Estacione el auto frente al edificio donde Rocio estaba viviendo, al ver mi auto ella camino hacia mi, en
Dorian El día de ayer lo había pasado muy bien junto a Anais y Luci, me encantó ver sonreír a mi nena como hace mucho no lo veía, parecía que veía a dos niñas correr por ese jardín, creo que me enamoraba más con cada una de sus sonrisas, solía tener envidia del cielo o del viento, pues recuerdo que a menudo la encontraba mirando al cielo y el viento golpeaba su rostro, su cabello se alborotaba, entonces su sonrisa aparecía en su rostro una sonrisa que ilumina mi vida y hace a mi corazón saltar en mi pecho, le reclamaba regalar sus sonrisas al viento pero el mundo debía amarla tanto como yo… Hoy vendría Mónica por Luci, le pedí a Anais que se quedara con Luci mientras hablaba con Mónica, no dejaría pasar lo que ella hizo hace años debía hacer algo y lo mejor para mi era cortar cualquier relación con ella. Me encontraba en la sala cuando ella entró a la casa, llevaba un pantalón y una blusa muy reveladora para mi gusto, no me importaba su apariencia, pero al verla así me hizo saber q
Anais Dorian se despidió de Luci y sus palabras hacia ella me hicieron saber que lo hacía de una manera definitiva aunque la pequeña no lo supiera, una parte de mi se sentía culpable pues yo tenia que ver en esa separación pero sabia que no era así, fue la propia Mónica quien provocó esto. —¿Estás bien? —pregunté acercándome a Dorian, me abracé a su cuerpo y enseguida sus brazos me estrecharon contra su pecho. —Si no te preocupes, todo quedo resuelto, Mónica no estará más en mi vida, aun no puedo creer la manera en que fue capaz de mentirme —respondió. El me contó todo lo que Mónica había hecho y estaba más que claro que lo hizo para estar a su lado, le mintió a su propio padre. Dorian también comentó que el padre le Mónica se haría cargo de Luci o al menos tendría vigilada a Mónica y confirmar que en verdad será una buena madre lejos de los ojos de Dorian. Una cosa era que Mónica tratara de manipular a las personas pero ¿su hija? No eso no era bueno.Dorian me informo que iría con
Meredith Quise correr lejos de ese lugar, mi corazón bombeaba con fuerza, trataba de respirar con normalidad, rogaba por que Anna o alguien se acercara a mi y así poder huir pero nadie aparecía, retrocedí y di media vuelta, no estaba lista para enfrentarme a el. —¡Mer! —gritaba mi nombre lograba escucharlo aun con el bullicio. Lo podía sentir tan cerca de mi, pero sabia que aun no lograba alcanzarme, ahí en la oscuridad de ese maldito sótano choque contra el duro pecho de un hombre, mi nerviosismo se estaba haciendo evidente, el me sostuvo por la cintura ya que me tambalee debido al golpe, levante mi vista y me tope con un par de ojos gris tormentoso, la mitad de su rostro parecía cubierto aunque debía ser debido a la oscuridad, no pude detallarlo bien, debía pensar rápido, levante mis manos y tome su rostro, se tenso ante mi toque, lo atraje hacia mi, murmure un “lo siento” antes de unir mis labios a los suyo, el frío de sus labios me hizo temblar, enrolle mis brazos en su cuello,
Dorian Por un momento me pareció verla nerviosa, pero luego solo hizo un gesto restándole importancia. —Me lastime, golpee la pared de mi habitación mientras trataba de dormir, es por eso. Últimamente he tenido insomnio —hablo tranquilamente. —¿Ocurre algo? ¿Te has sentido enferma? —preguntó Anais preocupada. —No, no te preocupes solo es el estrés del estudio, gracias por preocuparse —respondió Meredith, seguimos desayunando con tranquilidad. Estaba pensando en comunicarme con Xavier para lo del divorcio de Anais aun no puedo creer, que se lo de así como así, deje a Anais en la habitación pues debía hacer unos últimos balances para mi empresa, me gustaba mucho verla concentrada trabajando parece que lo disfrutaba, y yo disfrutaba de ella, la sonrisa que se dibujaba en su rostro no tenía precio. Me dirigí a la habitación de mi padre pues debía conversar con él. —¿Qué haces aquí Dorian? —preguntó mi padre. —Disculpa si mi presencia te molesta pero debes aceptarla, solo estaré un
Anais Mer se quedo junto a mi un momento más hasta que Dorian llego, le sonreí al verlo entrar a la habitación, pero note una mirada un poco triste y preocupada, observó a Meredith y se acercó a mí. —Fui a tu habitación, creí que habías salido —mencionó el mientras me tomaba por la cintura, su músculos estaban tensos, toque su mano en mi cintura y estaba frío. —Vine a hablar un momento con mi cuñada, supe que se irán pronto —mencionó observando a su hermano. —Así es, no me puedo quedar más tiempo aquí y es claro que no dejare a Anais, ella irá a donde yo esté y yo iré a donde ella quiera que vaya —mencionó dejando un beso en mi mejilla, sentí un revoloteo en mi estómago y mis mejillas arder un poco, Meredith sonrió, pero su sonrisa no llegó a sus ojos —¿Saldrás con tu amiga esta noche? —preguntó. —No lo sé, ella me invita de repente —comenta. —¿A dónde van? —preguntó Dorian. —No puedo decirte hermano —miro a su hermano con una sonrisa divertida —pero si quieres puedo invitar a
Meredith ..—Meredith, lamento tanto lo que sucedió, te juro que no sabia nada, perdóname —se acercó quedando a pocos centímetro de distancia de mi, mire fijamente a sus ojos y me contuve para no llorar frente a él, no creería ninguna de sus palabras. Confíe en el y me traicionó de la manera que jamás imagine. —No Mike, sal de aquí por favor. Yo no voy a perdonarte, no se que haces fuera de prisión tu merecías estar más años en ese lugar —exprese un poco molesta y con un pequeño dolor en mi pecho. —Meredith…—¡Basta! ¿Vas a negar que me diste esa droga? Niégalo en mi cara, dime que no es cierto. Anda hazlo no seas cobarde —gritaba mientras golpeaba su pecho. El miedo se había ido y la furia se apoderaba de mi, aunque también sentía la ansiedad mis manos temblaban, me costaba un poco respirar —Esa noche yo sería tu diversión y la de tus amigos, ibas a dejar que ellos… —un escalofrío recorrió mi cuerpo de solo pensarlo —Todo les salió mal, por una parte agradezco haber estado al bor