Él se ha ido en la noche cuando más le necesitaba. Dijo que tenía una cena de negocios y en vez de ser él quien se quedase a negociar con ella sobre lo que necesitaba, ha enviado a Daniel para que se hiciera cargo.
«Eres una tonta, Arya. Todo lo que te dice es para mantenerte tranquila porque tienes a su hijo en el vientre. A él no le importas, solo le importa él mismo. Tonta niña ilusa» se piensa así misma.Arya toma su almohada y la abraza fuerte.A la mañana siguiente decide ignorarlo. Se levanta más temprano y se pide un taxi. Decide bajar por las escaleras y la entrada principal y no por el elevador a la cochera.Ni John ni sus guardaespaldas se percatan de eso. Esperaban que bajase con Ayden como todos los días o la gran parte de estos.Se dirige directamente a la casa de reposo de su madre y una vez ahí va directo a su recámara. Ella yace plácidamente dormida.Cuando despierta, ya le han traído el desayuno, así que Arya se ofrece para dárselo.—Recuerdo c