Capítulo 5: Cada vez más cerca

Sin que se dieran cuenta, las primeras luces del día empezaban a hacerse notar y, aunque su casa se encontraba bastante apartada del resto del pueblo, Valery comenzó a sentirse asustada de que alguien pudiera verlos en su balcón y surgieran rumores que pudieran llegar a oidos de su padre. Lo único que le preocupaba, era verse forzada a alejarse de Nehuel, aún no sabía nada de él ni quien era en realidad, sólo sabía que era alguien que, de alguna manera la hacía sentir segura y deseaba mantenerse cerca de él. Nehuel se puso de pie al comprender la situación y le ofreció una mano para ayudarla a ponerse de pie, ella la tomó y cuando tiró de ella, la levantó por el aire olvidando por completo que, además de que ella era de contextura pequeña y delgada, él no era un simple humano por lo que debía estar atento para controlar su fuerza.

De la misma manera, con la misma facilidad, la tomó en sus brazos, la llevó hasta la cama donde la depósitó suavemente para cubrirla con las cobijas y luego salir de un salto por el balcón, no sin antes decirle que estaría esperándola dónde habían quedado.

Nehuel, que había dejado escondidos su arco y flechas cerca de allí, se dispuso a cazar algo, lo que fuera, no importaba en lo absoluto, lo que necesitaba era algo para demostrar que había estado de caza, debía llevar carne a su manada como justificación por haber estado fuera toda la noche.

Al llegar, Tecumseh lo esperaba sentado junto a la fogata eterna que se encontraba en el centro de la aldea, por suerte, el llegaba arrastrando un gran venado lo que hizo que la expresión seria en el rostro de su padre se suavizara.

Tecumseh: ...”Hijo, has salido de caza? Debiste decirlo, sabes que no debes salir solo durante tanto tiempo”... poniéndo su mano sobre el hombro de su hijo.

Nehuel: ...”Lo sé padre, pero sé cuidarme, no debes preocuparte por mi. Sabes, estoy bajo mucha presión últimamente, me siento muy asfixiado a veces y haber pasado la noche afuera me ha permitido relajarme y pensar, de hecho, también he tenido mucha suerte en la caza, no crees?”... intentando sonar casual.

Tecumseh: ...”Ya lo creo que si, has sido capaz de atrapar un venado y traerlo tú solo, eso es muy bueno hijo. Sé que estás molesto y preocupado pero espero que entiendas que no eres cualquier miembro de la manada, eres mi hijo y por mucho que nos pese, el hijo de un jefe tiene responsabilidades que cumplir. Yo he pasado por eso y ahora tú debes hacerlo, eres mi hijo, el próximo jefe, tú eres el futuro de la manada y todos tienen sus ojos puestos en tí”... habiendo estado en su lugar hace años, él sabía perfectamente por lo que estaba pasando su hijo, la angustia, la frustración... y el deseo de desaparecer del mundo.

Nehuel: ...”Lo sé padre, pero eso no implica que esté de acuerdo con eso. Las leyes por las que se rige la manada son arcáicas y tú lo sabes, es hora de evolucionar, todo a nuestro alrededor ha cambiado excepto nosotros padre, acaso no lo ves?”... con sus ojos llenos de lágrimas por la impotencia.

Tecumseh: ...”Lo sé hijo, pero no se trata de mi, de lo que yo quiera o piense, es toda la manada, todos aquí cuentan y aunque soy el jefe no tengo el poder de decidir ese tipo de cosas por mi cuenta, créeme que lo siento mucho hijo”...

Nehuel: ...”Estoy muy cansado padre, me voy a dormir, por favor no me molesten hasta que despierte”... y se dirigió directo a su tienda.

Valery: ...”Padre, sigues dormido? El desayuno está listo, baja cuando estés listo”... a pesar de no haber dormido en toda la noche, se sentía con más energía que en toda su vida

Joseph: ...”Buenos días pequeña, puedo ver que has pasado una buena noche, eso es excelente después del susto de anoche”...

Valery: ...”No imaginas cuanto padre, realmente me siento como nueva”...

Joseph: ...”Hoy estaré ocupado hasta tarde hija, sólo descansa o has algo para distraerte y no me esperes despierta”...

Valery: ...”De acuerdo padre, dejaré tu cena en la estufa y me acostaré temprano. Te veo mañana, cuídate”... celebrando en su fuero íntimo ya que sin buscarla, ya tenía una solución para salir por la noche a encontrase con Nehuel.

Pasó el día canturreando, bailando de aquí para allá, giraba velozmente haciendo que su amplia falda se desplegara y ondulara en el aire como si se tratara de una flor en el viento, se sentía descabelladamente feliz, tanto que en cuestión de un par de horas ya había terminado con todos sus quehaceres, esos que en ocesiones le tomaban todo el día sin que se diera cuenta.

Con toda la tarde por delante, tomó un baño y se puso el más bonito de sus vestidos, aunque todos lo eran, escogió uno blanco con olanes de encaje, bonitos moños de razo rosado y hermosas rosas del mismo color bordadas a mano, el mismo que su padre le había dicho perteneció a su madre. Pulió muy bien el cuero de sus zapatos y peinó su cabello suelto, lo adornó con un lazo de razo de un rosado más oscuro y pequeñas rosas rococó del jardín de la casa.

Cuando el sol finalmente se ocultó, acomodó unas almohadas en la cama en caso de que a su padre se ocurriera asomarse antes de irse a dormir. Bajó las escaleras, colocó la olla con el estofado en la estufa cerca del fuego y salió por la puerta de atrás para adentrarse en el bosque sin ser vista por nadie, tendría que caminar un poco más por ese camino pero no le molestaba en absoluto. Lo único que le importaba, era poder asistir a su cita sin preocuparse porque alguien pudiera verla y seguirla.

Nehuel por su parte, no salió de su tienda en todo el día salvo para reunirse con su padre a la hora de la cena, dado que él había traído el venado que alimentaría a toda la manada esa noche, no podía no estar presente.

Cuando la cena acabó, los más jóvenes tomaron sus instrumentos y organizaron un baile en torno a la hoguera eterna, la misma que fué encendida hacía más de cien años ya y nunca se había apagado, ni siquiera debido a las lluvias ya que estaba protegida por una estructura construída en aquel tiempo con el fin de proteger el fuego, ya que era considerado como una representación del espíritu del clan o algo así.

Al ver que todos estaban distraídos en lo suyo, Nehuel tomó su arco y flechas, su lanza, una soga y salió en dirección al bosque ocultándose de todos entre las sombras.

Tecumseh que había decidido retirarse a descansar, pasó por la tienda de su hijo y al ver que no estaban su arco y flechas ni su lanza, supuso que había vuelto a salir de caza, se dirigió hacia su tienda y se dispuso a dormir.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo