BECCA
Llevo casi media hora sin moverme de mi lugar, estando recostada contra la pared en mi cama, terminándome mis uñas mientras las muerdo en puro nerviosismo; vuelvo a ver mi celular, cerca de las nueve en punto. La emergencia de mi amiga me ha dejado desconcertada y con la mente vacía. Ni siquiera presto atención cuando Chloe entra en nuestra habitación compartida; siempre que entra a un lugar irradia un brillo natural y aunque no lo ha perdido, ahorita no es mi prioridad.
—Hoy fue un gran día —suspirando, cae a la cama boca abajo. Dejando que todo su castaño cabello se esparza por su espalda y un poco caiga por su rostro, pero lo aparta casi al instante.
—Ah, ¿sí? —me aventuro a preguntar, dejando mi celular a un lado. Necesito algo que me distraiga de Dylan y ahora, Chloe parece ser mi única opción viable—. ¿Qué ha sucedido? Ya es algo tarde para que andes por ahí sola.
La guapa castaña cambia de posición, girándose sobre sí misma y dirigiendo su mirada al techo blanco de la