Carrick fue a la cocina por a abrir una botella de vino para celebrar junto a Julianne, la noche con sus hijos había sido un éxito, ninguno intentó envenenarles o insultar directamente a su padre. El joven regresó poco después a la sala con una copa de vino rosado muy frío para cada uno. July rió porque estaba un poco congelado, él sonrió y se sentó a su lado en el sofá y chocó la copa.
—Por no haber ido al hospital. —July la chocó y bebió un sorbo de la refrescante bebida.
—Sí, se nos fue la mano: pizza, con Nutella y helado de chocolate.
—Eres una mala influencia —Aseguró Carrick y le besó en el cuello.
—¿Podemos no hacer esto?
—¿Qué…? ¿No sientes la tensión sexual?
—No.
—¡Necesito límites!—gritó Isabela. — no ver tu pene, no escuchar sobre las mamadas que quieres o en general sobre tu vida sexual