Isabela
Puede que se me olvide a veces, pero mi familia es enorme. Me despierto casi a las nueve de la mañana, me baño, me visto y pregunto a la chica de servicio si puede ayudarme con un desayuno, ella sonríe y me pregunta donde me apetece comer y qué me apetece.
—En la cocina y algo muy rico, un pancito de queso con aguacate, y huevos —respondo en árabe. —y mi tía tiene unos muffins escondidos con arándanos, y un poquito de miel especial.
—¿Cuántos meses tiene?—pregunta.
—Es un secreto pero tres semanas.
—Tahanina. —me felicita y yo agradezco en su idioma.
—¿Yo soy Isa, tú?—pregunto.
—Fátima
—Conocí a Nala la última vez. ¿Dónde está?
—El rey le ha permitido hacer las prácticas de arquitectura en la empresa de uno de sus amigos y la niña se ha ido, muy feliz.
Me alegra escuchar que ella está bien y las dos nos sorprendemos al ver al príncipe y sus hermanos en la cocina. Elías tiene varios huevos fritos puestos en el sartén y sus hermanos están preparando una bebida.
—Siempre