Sheila Fernand
Ya Eran las ocho de la noche, cuando el timbre de mi apartamento sonó. Mi corazón acérelo porque después de tanto tiempo volveré a verlo.
Cuando abrí la puerta era él. Él estaba allí parado en la puerta.
Sus ojos brillaban y mi corazón sentía un cosquilleo. Me abrazo y me beso. Me sentí tan bien en sus brazos, hacía tanto que extrañaba este momento. Después de los calurosos abrazo nos sentamos.
_ Sheila, por Dios. ¿Por qué nunca contestaste mis llamadas? ¿Dónde dejaste tu otro teléfono?Te estuve llamando, después de que saliste, cuando mande a seguirte, ya estabas en los anuncios en el aeropuerto. _ Pues supe que, ya fuiste a ver a tu familia, decidí no interrumpir.
_ Estoy bien, como puedes ver. ¿Te ofrezco algo de tomar.?
_ No, no quiero Beber nada, solo quiero hablar contigo, poner las cosas en claro!.
_ Pues te escucho Fernando?.
_ Sheila, ¿por qué estás así conmigo? Te pido perdón por dejar pasar todo este tiempo sin ir a buscarte. _, pero fui y ya te había