_¿Te refieres a aquella fatídica función en que una espectadora de la primera fila se puso muy realmente enferma?
_ Exacto! _ dijo él.
_ El protagonista no volvió a retomar el hilo de su papel! _ añadí yo.
_ Exacto! _ creo que te vi allí.
_ Tiene gracia que estuviéramos en el mismo sitio. ¡Si, me parece recordar que me sonreíste!
_ Qué pequeño es el mundo! _ dijo Fernando.
Por suerte, Pablo se dio cuenta de que había llegado el momento de marcharse, así que se unió a un grupo que se zambullía en la piscina.
_ ¿De qué iba esa conversación? ¿Realmente lo viste en ese estreno? _ Pregunto Fernando.
_ No. Ni siquiera estuve allí, pero, lo leí en la prensa. La cuestión es que ahora pensara que nos movemos en el mismo círculos. ¡Y cuando la noticia llegue hasta Betty y Sara, Pablo y yo incluso habríamos estudiado en el mismo colegio!
Fernando soltó una sonora carcajada.
_ ¡Eres un demonio! _ me dijo Fernando.
_ ¡Tú lo pediste!
Lo que había empezado como una broma acabo siendo real