Un rato más tarde ya nos encontrábamos en casa de mis padres, mi papá había decidido cambiar las pastas por el asado. Mi papá se llevo a Alex para mostrarle como se hacia el asado. Dejándonos solas todas las mujeres en la cocina. Hora del chisme.
-¿Por qué tardaron tanto?- pregunto mi mamá algo molesta-
-Bren estaba ocupada haciéndome ganar la apuesta-
-¡Ludmila!- me sorprendí-
Ella se fijo que mi papá o mi abuelo no estuvieran cerca.
-Todos en el edificio los escucharon- se burlo-
Sentí como mi cara empezaba a arder.
-Si que te hizo gritar- se sorprendió Carolina-
Por suerte los niños estaban en el jardín jugando a la pelota.
-No tienen idea- admití-
-Sabias que la pared que divide los departamento son casi de papel, se escucha todo-
-Si, sabia. Alex me lo dijo- comente recordando la conversación en la cama-
Camila pregunto algunas cosas más. Me acorde que mi mamá y mi abuela estaban escuchando, así que los detalles sexosos se los daría cuando estuviéramos solas. También