Estúpida alarma, si me acosté hace cinco minutos. Estire mi brazo para tomar mi teléfono, apague la odiosa alarma y mire hacia la cuna de Liam, para ver si estaba despierto, nada, ni un mínimo movimiento. Cinco minutos más y me levanto. Nada de eso, Alex me sujetaba con fuerza pegando su pecho a mi espalda, mientras que una muy dura erección se presionaba contra mis nalgas.
-Buen día- su ronca y profunda voz resonó en mi oído, haciéndome temblar-
-Cinco minutos más- le pedí- Tengo sueño-
Me mordió tiernamente el cuello y el hombro. Parecía estar disfrutando el morderme.
-¿Te gusta morderme?-
-Mmm...podría convertirlo en mi nueva activad favorita-
Sentí como su mano bajaba hasta mis muslos, sujetando mi pierna.
-Alex, tenemos que hablar-
Gemí al sentí como ponía mi pierna sobre su cadera, su mano se deslizo por todo mi muslo hasta mi vulva.
-Más tarde...hablaremos de lo que quieras, pero ahora te necesito, quiero compensarte por lo de esta madrugada-
¿Entonces si lo recordaba?,