-Repita lo que dijo- ordenó el CEO tomando de la corbata al hombrecillo, casi ahorcándolo.
-Q-que debe tener un hijo varón…
Sebastián no lo dejó terminar, lanzándolo hacia atrás con fuerza
-¡¿Cómo puede ser esto?! ¿Cómo se te pasó semejante cosa?- Aulló lleno de ira- ¿piensas que esto es un juego para mi?
-¡Cómo lo siento señor Aller!- chilló el hombre-¡Es todo mi culpa!
-¡Claro que lo es! Y por eso mismo vas a eliminar esa claúsula antes de que el idiota de mi hermano se entere.
-P-pero, no puedo hacer eso.
-¡Lo haces igual!
-Él ya lo sabe…- murmuró con terror el abogado, cubriendo su cuerpo con sus manos, por si el joven intentaba darle una golpiza.
Sebastián se puso rojo como un tomate y se encorvó hacia adelante, como si estuviera a punto de estallar.
-Mi amor, Sebi- exclamó la rubia posando su mano en el hombro de su marido- ¿Quieres calmarte?
El joven bufó con frustración.
-Vamos, no es para tanto ¿Verdad? Podemos tener un niño y formar una familia- dijo emocionada- De to