Lía

—Búster, ¿qué ha pasado? — veo entrar a mi guardaespaldas con una expresión de abatimiento. Mi pequeño Ethan lo había despedido de su equipo, mientras que Tyler estaba cerrando todas las barreras para poder ver a mi hijo. Incluso para ver a Emily.

La hija de mi amigo estaba completamente encarcelada en el departamento de Ethan. Ya ni siquiera su padre o sus hermanos pueden verla. La excusa es la preparación de la boda, el “descanso que necesita para la gran boda”.

Sus llamadas han sido cada vez menos y estamos a unos días de la bendita boda. Estoy angustiada por lo que pueda hacer mi hijo en ese momento.

—No pude verlo. Estaré en el equipo de apoyo, en el exterior, durante la boda— dice con preocupación. Esa sería nuestra última oportunidad de detenerlo. —Él ha estado en el hospital con George, en su departamento y en la oficina. No ha hecho nada distinto.

A pesar de sus palabras no hay alivio. Es una rutina que me hace verlo de una nueva manera. Es calculador, solitario, egoísta.